viernes, 16 de diciembre de 2011

Hay alternativas.

En el primer capítulo  de esta serie de temas sobre CONSUMO RESPONSABLE tratábamos de definir lo que ese término significa; en el segundo capítulo reflexionábamos sobre las razones que nos mueven a plantear la necesidad urgente de un consumo responsable, consciente. Teorizar es my fácil siempre, llevar la teoría a la práctica... implica mayor compromiso.
En este tercer capítulo vamos a tratar de aportar ideas generales pero también muy concretas para avanzar hacia un auténtico CONSUMO RESPONSABLE que no sirva sólamente para unos días sino que podamos tomarlo como actitud constante en toda nuestra vida.

1.- CONSUMO RESPONSABLE Y COMERCIO JUSTO.
Para adquirir un concepto relativamente claro de lo que es el "Comercio Justo" sugiero leer lo que la enciclopedia wikipedia nos explica de forma muy bien esquematizada:
Quien de esto sabe mucho y no sólo por lo aprendido sino por propia experiencia es CÁRITAS. Al respecto de este primer punto hay un documento que nos ilustra muy claramente acerca de lo que es el "Comercio Justo" y su relación con el "consumo responsable". Sugiero leerlo en su totalidad antes de seguir porque aparte de que no tiene desperdicio y está más que bien fundamentado, plantea muchos elementos que abordaría aquí pero no va a ser necesario teniendo en cuenta este excelente estudio y reflexión::

2.- ELEMENTOS DE JUICIO PARA LA PRÁCTICA COHERENTE.
No bastan cuatro consejos o recomendaciones dadas con toda la buena intención, aunque siempre es mejor algo que nada; es necesario asentar con profundidad tanto nuestras convicciones -base de todo nuestro proceder- como sus prácticas y palabras coherentes.
Una historia real:
"Nos hallábamos en casa, pusimos la lavadora en marcha, llena, siempre la llenamos -teniendo en cuenta los límites razonables para que la ropa pueda lavarse bien  y no quedar sólo mojada- y al ratito ésta empezó a hacer un ruido extraño; al acercarme a ver lo que sucedía observé que el tambor de la lavadora no giraba, pasaba el rato y tampoco centrifugaba, aunque sí expulsaba el agua en los puntos en que correspondía.
Aproveché uno de los vaciados de agua para limpiar el filtro -quizás estuviese muy sucio, a veces pasa- pero... esta vez no estaba tan mal. Conectada de nuevo... volvía a suceder lo mismo. Tendimos la ropa en la tendedera y cogí el teléfono para llamar al "servicio técnico" de la marca de esta lavadora. Al instante me hallaba hablando con un técnico a quien informé de los síntomas que observábamos.
Concertamos cita para el día siguiente y... acudieron dos personas quienes pusieron casi patas arriba la lavadora y detectaron rápidamente la avería: las "escobillas", estaban muy deterioradas ya.
Pregunté sobre el costo de aquella reparación y el precio que me dieron fue alrededor de 200 €. Casi me da algo: ¿cómo podían ser unas piezas de plástico como aquéllas cosas tan caras?; pregunté por ello y su respuesta fue:
- "Mire, sólo el transporte, el venir a su domicilio, son ya 50 €, aunque fuera desde la acera de enfrente; la mano de obra multiplicado por las horas que nos lleve reparar esto, más el valor de las piezas, más el IGIC (impuesto) suman el resto. ¿Acepta el presupuesto?".
Andábamos tan agobiados y además me corría tanta prisa acudir al trabajo y no perder más tiempo que... acepté y... de inmediato se pusieron manos a la obra.
Desde que llegaron hasta que marcharon estuvieron hora y media. Y... efectivamente, cuando me extendieron la factura... apenas faltaban 3 € para llegar a los 200 €.
Cuando llegué al trabajo comenté la situación y todas mis compañeras aseguraban que "me habían estafado pero de lo lindo,... como a todos". Aseguraban sin dudar que ante cosas así es preferible "comprarse una lavadora nueva" porque andan por ese precio: por 250 ó 300 € se puede llegar a tener una lavadora más que decente".
Algunas compañeras se preguntaban "cómo era posible que yo hubiera optado por la decisión menos inteligente".
Pues tengo mis razones, no en esta situación concreta sólo sino en todas las similares:
  1. Botar un electrodoméstico porque resulte más barato comprar uno nuevo que repararlo supone aumentar el nivel de basura.
  2. El nuevo electrodoméstico se ha fabricado a partir de materias primas arrancadas a la madre Tierra a costa de no pocos costes no sólo materiales sino humanos también, con lo que se contribuye a su constante deterioro y empobrecimineto.
  3. La dinámica del "usar y tirar" sólo beneficia a los negociantes, sólo a su bolsillo, y perjudica absolutamente a todo el resto: al Medio Ambiente sobre todo, al comprador y a la sostenibilidad del consumo.
Sólo con esas tres razones me basta y me sobra para adoptar al respecto la actitud que he venido defendiendo hasta hoy y con la cual pienso seguir. ¿Es más caro para mi bolsillo?... pues sí, es innegable, pero también es la fórmula más solidaria con el resto de la humanidad, con la salud de todos los seres vivos y con el Medio Ambiente.
2.1.- CONSTRUIR E INTERIORIZAR NUESTRA ESCALA DE VALORES:
Y... ¿cómo se hace esto?:
  1. Entrar dentro de nosotros mismos y plantearnos con toda seriedad lo que "es justo, bueno y necesario" para nuestro bien particular y también para nuestro entorno social y geográfico.
  2. Buscando y contrastando toda la información que podamos sobre la realidad que vivimos: general y particular, cercana y lejana,..., analizándola con sentido crítico y obteniendo conclusiones (si esto lo hacemos en grupo, mejor: siempre piensan más dos cabezas que una).
  3. Obtener criterios coherentes con nuestra escala de valores, nuestras prioridades y las del planeta y, al plantearnos cualquier disyuntiva, decidirnos a actuar conforme a estas prioridades (desde ellas podremos saber distinguir mejor las ventajas y los inconvenientes de cada posible opción).
¿Podemos contentarnos sólo con estas actitudes personales?, ¿se puede hacer algo más?, ¿qué concretamente?.
El ser humano se realiza a sí mismo en sociedad, somos seres en relación; por lo tanto, no podemos quedarnos sólo con que cada cual tenga claro lo propio sino también contribuir al bien colectivo:
  1. Aportando nuestras reflexiones, convicciones, ideas,... en aquellos espacios en los que nos encontremos: familiar, laboral, de vecindad, de amistad,...
  2. Proponiéndolas en nuestro ámbito de compromiso o militancia social, política o eclesial: asociaciones de vecinos, sindicatos, partidos políticos, movimientos sociales, culturales y/o ecologistas, parroquias, comunidades cristianas de base,...
  3. ...
De manera que esta INTERIORIZACIÓN de los valores que nos mueven sea algo no sólo personal sino también colectiva y afecte a lo institutucional, a las estructuras sociopolíticas y económicas que determinan o condicionan en gran parte el proceder general de la sociedad.
En el caso de la "reparación de la lavadora" antes expuesto hay además un hecho que agrava enormemente la situación: "Hay una clara complicidad de la Administración Pública y de las legislaciones actuales -a las que el poder político dan lugar- que "permiten esos abusos y no hacen, de hecho,  nada para evitar o poner freno a la depredación salvaje del sistema", en lugar de establecer medidas eficaces y bien estructuradas que preserven lo que es un bien común... lo que hacen es dar respaldo legal a la dinámica depredadora del sistema que nos consume".
Razón de más, por lo tanto,  para que no nos contentemos sólo con la acción personal al respecto sino que busquemos el trabajo colaborativo y transformador de las estructuras.
2.2.- HACER EVIDENTE NUESTRA ESCALA DE VALORES:
Si tenemos muy claro "cómo hacer" pero resulta que luego no somos coherentes con eso que sabemos... de poco nos va a servir la teoría: ni a nosotros ni a nuestro mundo.
Decíamos en el tema anterior a éste que "un artículo está en el mercado porque existe una demanda sobre el mismo"; nadie fabrica algo que no esté seguro de poder vender; por lo tanto, si pensamos de una manera y luego hacemos de otra... al final la sociedad, los medios, van a reaccionar no de acuerdo con lo que pensamos sino según lo que hagamos.
Un día vi escrito en un muro de la ciudad de Castelló de La Plana una pintada que decía: "Vive tal como piensas... o acabarás pensando tal como vives". Total, verdad incontestable; eso es lo que sucede y nos sucederá siempre si no buscamos la coherencia con nosotros mismos sean cuales sean los impedimentos o dificultades.
Si el "mercado" observa que optamos por productos de calidad, ecológicos y que preferimos "reparar, reciclar, reutilizar, reducir consumo,..." antes que seguir el simplismo insensato del "usar y tirar" este "mercado" acabará por adaptarse, si no totalmente sí en buena parte. Bobos no son quienes mueven los hilos del dios dinero.
Al respecto tenemos también en internet reflexiones lo suficientemente amplias e incisivas como para ser dignas de tenerse en cuenta. Les invito a leer el contenido que hallarán en los siguientes enlaces-web:
Las "Oficinas Municipales de Información al Consumidor" no sólo debieran ser lo que ahora mismo son: un "buzón de quejas y denuncias acerca de los servicios comerciales que los consumidores recibimos" sino también un espacio, un recurso para la concienciación social acerca de nuestro modo de consumir, de toma de conciencia coherente y de promoción de conductas o actitudes más beneficiosas para el ser humano y su entorno natural -aunque algunos ganen un poco menos de dinero-.
Les dejo con un par de últimos apuntes:

2 comentarios:

  1. Me reí cuando leí lo de la lavadora.
    A mí me ha pasado algo similar con una impresora: la llevé a reparar y nada más verla la casa me dijo abiertamente que para lo que la impresora valía era mejor comprarse una nueva.
    Estoy convencido de que, como dice usted en este artículo, todo está organizado de manera que entremos todos en esta lógica consumista SIN IMPORTAR EN ABSOLUTO NADA LO QUE TENGA QUE VER CON EL MEDIO AMBIENTE.
    Lo triste es que cada vez el poder adquisitivo de las mayorías es menor y al final ello te obliga a optar por hacerles caso: comprar y tirar pero no reparar.
    Ellos ajustan los precios de venta de acuerdo con lo que cobrarían por reparar ese mismo artículo, hacen las cosas con calidad cada vez peor abaratando así los precios de venta pero con vistas a no tener que reparar nada.
    Usted propone "no entrar en esa lógica", con la intención que usted con toda la razón plantea,... pero ¿cuántos harán como usted... o como hasta ahora también yo he tratado de hacer?.
    Ellos juegan también con esa proporción, ya lo tienen todo calculado.
    Saludos.

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    1. Gracias por su valiosa aportación.
      ¿Cuántos harán como algunos hacemos o tratamos de hacer?; pues... no lo sé (a juzgar por los comentarios que oí cuando lo de la lavadora... bien pocos, pero ¿importa realmente si somos pocos o muchos?.
      Lo que importa realmente es el criterio o criterios que nos han de mover, las razones o motivos que hay para que tomemos una decisión u otra.
      Hace unos años me robaron el coche y, por suerte, fue localizado y me fue devuelto (estaba para darlo de baja ya pero... decidí llevarlo a arreglar). El mecánico que lo vio me llamó al día siguiente y me dijo:
      - "Mire, la reparación de su vehículo le va a costar más que un coche nuevo de sus características".
      - "¿Cuánto me costaría la reparación?", repuse.
      - "100.000 ptas." de entonces (600 €).
      - "Arréglelo, por favor si puede ser".
      - "Es una tontería arreglarlo: su coche ahora mismo no vale ni la mitad de ese precio".
      - "Mire, mi vehículo no vale lo que diga el mercado que vale; mi vehículo me llevaba al trabajo y me devolvía a casa todos los días; mi vehículo permitía a mi familia salir los fines de semana por ahí todos juntos a un lugar u otro; mi vehículo... vale según el servicio que nos hace a todos, no según lo que digan los mercaderes".
      Y el mecánico lo arregló, me cobró lo que me aseguró que iba a cobrar y aquel coche me acompañó unos cuantos años más.
      Es decir, lo que nos tiene que mover ni es la lógica del mercado -ya sabemos todos la que es- ni tampoco lo que otros hagan o dejen de hacer. Nuestras decisiones son nuestras, de más nadie. Eso sí, lo dicho, nunca olvidemos la perspectiva, nunca desoigamos nuestros propios valores, los criterios que nos deben orientar y desde ahí... hagamos lo que podamos.

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