miércoles, 10 de febrero de 2016

Cómo detectar el cáncer

Artículo de Juan-M. Depuis: "Cómo saber si uno tiene cáncer".

"Cáncer": sólo el nombre ya atemoriza.

Es imposible no tenerle miedo al cáncer; seguro que todos hemos pensado alguna vez en él. Y es que en la clasificación de causas de muerte figura entre las principales, sólo por detrás de las enfermedades cardiovasculares (ictus, infartos, etc.). Le puede tocar a cualquiera.
Pero aunque todo el mundo habla o piensa en él, con frecuencia vemos cómo llega gente al médico, o incluso al hospital, con un cáncer ya muy avanzado. Un claro ejemplo es el de la mujer que acude al médico de cabecera por un motivo totalmente distinto y le descubren que tiene un bulto de 3 cm en el pecho. Cualquiera habría pensado que podría tratarse de cáncer, pero eso... da miedo. Nadie tiene ganas de oír "usted tiene cáncer", porque todo el mundo sigue pensando que tener cáncer significa "voy a morir pronto".
Entonces, antes que ir al médico, la gente prefiere decirse "no, no, a lo mejor no es", "ya iré a mirarme, cuando tenga tiempo", "no me duele, no será grave", etc. Cualquier motivo vale para huir de la realidad.
Sin embargo, coger el toro por los cuernos y llamar a la puerta de la consulta puede salvar la vida. Literalmente. Y no diga nunca "he esperado demasiado, ya no sirve de nada ir". ¡No! Siempre se puede ganar tiempo mientras se está vivo.
Por desgracia, los que más necesitan ir al médico no siempre son los que leen este tipo de artículos, al contrario. Huir y alejarse de todo pensamiento para aliviar el miedo suele ser la primera reacción. Por suerte, como lector de este artículo, usted puede aconsejar a las personas cercanas que le confían sus dudas. Así, podrá animarles a que vayan al médico si lo que le cuentan suena alarmante. Incluso no dude en acompañarles. Además de una prueba de afecto, ofrecerá a esa persona un apoyo inestimable.

Tenga cuidado si observa...

Pérdida brusca de peso: Ante una pérdida del 5 al 10% del peso habitual en menos de seis meses, no hay que pensar "¡qué bien!", sino lo raro que es si no ha hecho régimen ni ha cambiado radicalmente su estilo de vida de "tele y coche" por el de "carrera y bici". Normalmente es señal de que el organismo está utilizando las reservas de energía porque está librando una lucha interior, quizá contra el cáncer.

Cansancio constante: ¿Está usted cansado últimamente?. Pregúntese si su horario está ahora más cargado de lo normal, pero también si se acuesta antes, duerme siesta más fácilmente y aun así siempre está cansado.

Menos apetito: No tiene hambre, lo que contrasta con sus hábitos de alimentación. Hasta los alimentos que siempre le ha gustado comer ya no le dicen nada.

Fiebre constante: Tómese la temperatura con un termómetro rectal si es posible. En estos casos, la fiebre no alcanza los 40 ºC; oscila más bien entre 38 y 38,5 °C. Si la fiebre es leve pero sólo dura unos días, no se alarme. Si dura semanas o se repite con regularidad, controle si además tiene otros síntomas.

Bultos en sitios estratégicos: Una clara señal de alarma es la presencia de bultos en determinados sitios (en órganos, como en el caso de un bulto en el pecho, o en el vientre).
A veces los bultos son ganglios que, al tocarlos, "reaccionan" aumentando de tamaño. Los ganglios que más se notan son los que se encuentran en las axilas, en el pliegue entre la pierna y el vientre (pliegue inguinal), en el cuello o en el hueco posterior de la clavícula (cavidad subclavicular). No se alarme a no ser que permanezcan hinchados varias semanas seguidas (por ejemplo un mes). Y si duele al tocarlos, tranquilícese, pues probablemente no se trate de un cáncer, sino de una infección.

Las señales propias de los cuatro tipos de cáncer más comunes.

Pecho: Examínese los pechos con regularidad, tal y como se recomienda, una vez al mes (en la ducha, por ejemplo, ya que la piel resbala mejor). Si nota un pequeño bulto, intente tranquilizarse y espere al menos dos semanas, sobre todo si no tiene la menopausia. Con el ciclo hormonal, la textura de los pechos varía y puede ser que esa pequeña masa que ha palpado desaparezca al final del ciclo. En ese caso, probablemente sea un quiste o una pequeña anomalía sin importancia que sigue el curso de las hormonas.
Si la masa es bastante grande y persiste semanas después de encontrarla, no espere más para ir al ginecólogo u a otro médico experto. Le hará una mamografía para esclarecer el problema. Pero recuerde que no tiene por qué ser cáncer.
La textura del pecho también puede cambiar al retraer la piel, como si se estirara hacia dentro. Otro indicio es que el pezón tenga apariencia de eccema, con la piel roja y dolorosa, o su retracción hacia dentro.

Pulmón: Si fuma, téngalo en cuenta, pero si no fuma, tampoco lo descarte. 
Los signos más típicos y fáciles de observar son: presentar esputos teñidos de sangre, que generalmente se acompañan de accesos de tos, cambios en la voz (dificultad para hablar, voz ahogada, voz bitonal...) y tener hipo durante semanas.

Próstata: Téngalo en cuenta si es hombre, puesto que las mujeres no tienen próstata. Las señales no son muy evidentes, ya que la próstata está más bien escondida y no tiene actividad visible a simple vista.
La señal que más se repite es la dificultad para orinar (disuria), ya que la próstata está atravesada por la uretra (que conecta la vejiga con el extremo del pene), pero hay otras causas, como la hiperplasia benigna de próstata (HBP), que también pueden producir ese síntoma. También puede ser que encuentre sangre en la orina.

Vías aerodigestivas superiores: Este cáncer se produce normalmente por la ingesta de alcohol y fumar tabaco durante años. Afecta a la boca, a la garganta (esófago, laringe) y a las cuerdas vocales.
Un signo de alerta es la dificultad para ingerir sólidos o líquidos o ambas cosas (disfagia). La sensación de tener algo atrancado en la garganta, que provoca un cosquilleo constante, también puede ser un signo si no remite en unos días.
Otro síntoma de alerta puede ser una llaga que no se cura tras varias semanas en la boca, en la lengua, en el interior de las mejillas, en el paladar o en las encías.
Una tos constante durante semanas, incluso meses, también puede ser una señal, sobre todo si no le había pasado antes. También puede cambiar la voz (como con el cáncer de pulmón), que ésta se apague o que cueste controlarla. Los ganglios hinchados en el cuello son otra pista si se asocian a otros síntomas.

En resumen.

La combinación de varios de estos signos es lo que debería alarmarle. Pero aunque presente uno o varios de los síntomas anteriores, sobre todo no diga "ya está, tengo cáncer". Estas señales no son infalibles, y también se encuentran en otras enfermedades poco o nada graves. Por este motivo, ¡vaya al médico!. Su experiencia y su capacidad para interpretar toda la información y obtener un diagnóstico son clave para salir definitivamente de dudas. Lo que está en juego es su salud.
En caso de duda, háblelo con amigos si le da miedo ir al médico o pídale a alguien de confianza que le acompañe. Evite pensar demasiado y, aunque tema lo que pueda llegar a suceder, reaccione y tome el control sobre su destino.
Juan-M. Depuis.

PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:

PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
  • ¿Qué nos ha aportado la lectura de este artículo?.
  • ¿Qué preguntas o cuestiones nos plantea lo que en él hemos hallado, así como en los enlaces para ampliar, contrastar o profundizar?.
  • Si acaso tenemos alguno o algunos de los síntomas descritos y éstos parecen indicar lo que no querríamos tener ¿qué perdemos con seguir el consejo de contactar cuanto antes con un profesional de la salud para que éste nos oriente o al menos nos saque de dudas?.
  • Si en nuestra familia hay alguien que padece el cáncer ¿cómo ayudarle a sobrellevarlo e incluso animarle a superarlo?.

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